sábado, 31 de marzo de 2018

Accidente en el gimnasio

Accidente en el gimnasio

La siguiente historia es una petición de Jules Stop Motion, si desean que realice una historia, dejenmelo saber en la caja de comentarios. Sin más por agregar, se las dejo...

-¡Sigo sin creer lo que sucedió durante estas semanas! (decía Julio, ahora Karen)

Todo comenzó tres semanas atrás...

-¡Vamos Julio, anímate! (le decía uno de sus amigos, Gilbert)

-Emm, no lo sé, creo que no sirvo para esto (le respondía desanimado)

-El verano acaba de comenzar, ir al gimnasio es sencillo.

-Lo sé, pero soy un debilucho.

-Vamos, trataré de entrenarte para impresionar a las chicas el próximo año.

-(suspira) Está bien, vamos.

Al entrar al gimnasio, Julio logra ver a Karen (una estudiante de su escuela, la más popular de todas).




-¡Mira Julio!, ¿Esa de allá no es tu amor Karen?

-(Julio se sonroja).

-¡Vamos viejo! ¿Qué te parece si te alzas unas pesas para impresionarla?

-Está bien (de forma abrumada).

Karen decide ir a alzar unos kilates, pero debido al peso de estos no logró soportarlos y queda aplastada.

Julio, al ver esto, decirse ir al rescate, logrando salvarla, pero de pronto,  el estante de pesas se tambalea haciendo que éstos dos quedasen atrapados e inconscientes...

-Mmm, ¿qué pasó? (decía Julio apenas despertando).

-¡Qué bueno que estás despierta hija! El doctor dijo que tuviste una conmoción cerebral (decía aliviada la señora Claudia).

-¿Hija? (respondía un confundido Julio)

-El doctor mencionó que tendrías pérdida de memoria, pero que con el tiempo te irás recuperando.

-¿Podrías dejarme un momento a solas... Mm...mamá?  (decía asustado).

-Claro cariño.

*Se retira de la habitación*

-Esto no puede estar pasando (decía Julio).

-N...nn...necesito verme a un espejo (entraba al baño).

-¡Ahhh! (gritó).

-¡Soy Karen! (diciéndolo mientras se tocaba sus pechos).

-Karen, el doctor te ha dado de alta, podemos irnos ahora mismo, vístete mientras yo realizo el papeleo, tu ropa está a un lado de tu cama (decía su ahora madre mientras estaba afuera).

-Sí (respondió).

-"¿Qué hago?, si les digo quién soy en realidad, arruinaría la vida de Karen, por el momento deberé de fingir hasta que pueda saber qué le pasó a mí mí cuerpo" (pensó).

Julio, ahora Karen, recogió las ropas de ésta, tardó unos momentos en vestirse con dificultad, pero lo logró.



-"Siento que esta ropa me hace ver desnuda" (pensaba avergonzado).

*Sale de la habitación*

-Muy bien cariño, salgamos de aquí.

-Espera mamá, ¿qué hay del otro chico que estaba conmigo durante el accidente?

-Lo dieron de alta cielo, fue el primero en salir de ambos.

-Que bueno (decía tranquilo). ¿Podría ir a verlo?

-Claro amor, debes tener ganas de darle las gracias, oí que te salvó de ser aplastada.

-Oh sí. Bueno mamá, nos vemos. 

Pasados unos minutos, Raúl (Karen) logra llegar a su casa. Tocando la puerta ansiosamente. Abriéndole nada más y nada menos que su cuerpo.

--¡Entra ya! (le dijo)

-Está bien, ¿si eres tu? (preguntó)

-Claro que sí bobo, ¡devuélveme mi cuerpo idiota!

-Oye tranquila, yo no sé lo que nos pasó, al parecer fue cuando nos cayeron las pesas. (respondió, intentando tranquilizarla) 

-Pues por ahora tendrás que cuidar de mi cuerpo, hoy tengo una sesión de fotos cerca del mar, por lo que tendrás que ir (dijo enojada).

-Está bien... Oh cielos, acabo de recordar que mañana salgo de viaje con mi familia.

-¿Qué?

-Te prometo cuidar de tu cuerpo, y actuaré como tú si tú haces lo mismo.

-Está bien (suspiró).

-Nos vemos regresando a clases.

-Te lo advierto, cuida mi cuerpo idiota.

Pasadas unas horas, Julio (Karen) asistió a la sesión.

-Muy bien, todo está listo, alisten a la modelo (decía el fotografo).

Alistaron a Julio con un hermoso bikini.

-Muy bien Karen, posa de forma natural.



Le fueron pasando vestimenta tras vestimenta hasta finalizar la sesión.
-Muy Karen, es todo por hoy, puedes retirarte.

Pasaron los días y Julio cada vez más se iba acostumbrando a su nueva vida.

Regresando a clases, se encuentra a Karen y esta le dice:

-¿Has cuidado de mi cuerpo en estas semanas?

-Sí, tu madre me ha apoyado, piensa que tengo amnesia.

-Y veo que te ha ido bien Karen.

-¿Karen? (nervioso)

-Sí, he estado pensando y al parecer tu vida es más relajante que la mía, así que he decidido que te quedes con mi cuerpo, tranquila, cuidaré muy bien del tuyo.

*Llega una chica linda y abraza y besa al nuevo Julio*

-Nos vemos querida (despidiendose)

Julio rompe en un mar de lágrimas, pero luego de pensarlo y ver una foto de ella en una revista, dando a conocer su éxito, decide afrontar su nueva vida como Karen Lizeth.



Fin.











Los Vigilantes VII

Los vigilantes VII

El despertar de Raúl


En la pequeña habitación, se encontraba Raúl en el cuerpo de Sandra, una joven que se ha tenido que ir ganando la vida, prostituyéndose.




-Umm (decía un somnoliento Raúl).
-Que cansado estoy.




Ni bien abría los ojos y ya empezaba a percatarse de que algo andaba fuera de lo común, la habitación lucia más pequeña a comparación de su cuarto, además de que no recordaba que su cabello fuese más largo, llegando un mechón negro a su nariz. Pero lo más impactante fue sentir que alguie le estuviese tocando el muslo, incomodando de gran manera a Raúl, volteándose al instante y percantándose que al parecer había dormido con un hombre. 

Raúl sin saber qué hacer, grita de forma indignada:

-¡Oye!

Raúl al decir esto, quedó en shock ya que no había notado su nueva voz, observando con más claridad a su alrededor y hacia sí mismo, percatándose de que era una mujer de piel oscura.

-¡Santo Dios! (decía sorpresivamente)

-¡Soy una mujer!

-Y una muy hermosa. ¿Qué tal si repetimos lo de anoche nena? (decía aquella persona tendida a su lado, mientras no paraba de tocar su trasero).

-¡Suélteme! ¿Quién es usted? (decía Raúl asustado)

-Al parecer se te subieron las copas ayer cariño, yo soy tu cliente, ¿recuerdas?

-¿Cliente?

-¡Si!

-Mire, esto es un error, no sé lo que está pasando aquí, pero yo no soy esta mujer, mi nombre es Raúl, Raúl Sánchez.

-¿Raúl Sánchez?

-Imposible, él es el jefe de la compañía en la que trabajo, ¿cómo podrías provarmelo?

-Mmm, veamos, oh ya, hace una semana despedí al supervisor del sector B.

-¿Cómo es que una chica sabe esto?

-Ya te lo dije, soy el señor Raúl...

-¡Señor Raúl! Un gusto en conocerlo, soy Enrique, trabajo en el sector A (tratando de estrechar su mano aún acostados ambos)

-Y dígame, ¿cómo llegó a aquí?

-Aún no lo sé (tratando de levantarse de la cama, pero al hacerlo se percata de que está desnudo)

-¡Dios mío! ¡Dios mío!
-Esta chica es una pecadora...




-Disculpeme señor, lo que pasa es Sandra, el cuerpo en el que está es una prostituta.

-¡Santos cielos! Rápido, pásame algo de ropa (decía desesperadamente)

*Enrique enseguida le pasa las ropas, mientras que Raúl se tapa con la sábana*

-Gracias Enrique, ¿podrías hacerme un favor?

-Claro, dígame.

-¿Podrías salir de la habitación por unos momentos?

-¡Claro! (levantándose en seguida, dejando descubrir su desnudo cuerpo)

-¡Ahh! (intentando no mirar)

Dijo Raúl, pero al parecer este no podía evitar no mirar, sentía que su cuerpo reaccionaba con diversos estímulos, en otras palabras, estaba calentándose.

*Enrique toma sus ropas y sale de la habitación*

-¿Qué me está pasando? (decía Raúl intranquilo) 

-Intentaré bañarme, tal vez eso funcione (intentando buscar la puerta del baño)

Al entrar, pudo observar su cuerpo en el espejo en su totalidad.
Raúl, tratando de no mirar demás, decide abrirle a la regadera cayendo el agua caliente.

Comenzó agarrando shampoo y frotándoselo en el largo cabello que ahora tenía, de ahí tuvo que pasar sus manos por sus glúteos.



Al llegar hacía su parte íntima, Raúl dijo:

-Perdóname señor por lo que haré (mientras tallaba con sus manos su ahora vagina).

De pronto, Raúl sintió un hormigueo intenso recorrer todo su cuerpo, haciendo que éste soltase un gemido intenso que se escuchase en toda la habitación.

-¿Qué me está pasando? (decía Raúl nervioso, mientras seguía pasando sus dedos a través de su vagina) 

-Esto... Se sinte... ¡Increíble! (decía maravillado)

-Mmm, ¿Raúl? ¿Está usted bien? (Decía Enrique tocando la puerta desde afuera de la habitación)

-¡Sí! Me había golpeado con algo, no es nada grave (decía asustado)

Terminó de enjuagarse y salió enrollado con una toalla.

Continuará...











viernes, 30 de marzo de 2018

Los vigilantes VI

Capítulo VI

Saliendo


A continuación se referirá a Robert como Gabriela.

- Ahora sólo me faltan los zapatos (decía pensativa).

- ¡Maldición!, aquí sólo hay tacones altos. Oh, espera (mientras veía un par de zapatillas de deporte color blanco).

-Se ven cómodos, intentaré ver qué tal me quedan.


- Wow (asombrandose), luzco decente a mi parecer, ojalá me hubiese topado con una mujer así, si fuese hombre, caería rendido.

- Muy bien (armándose de valor), llegó la hora de salir...

Abriendo la puerta, Gabriela se encuentra con su hijo, al parecer. Mario, logra ver a su ahora madre, sorprendiendose.

- ¡Vaya mamá! Jamás te había visto con ése vestido, tu siempre llevas faldas o vestidos que parecen de monja, hasta incluso puedo decir que te ves más joven.

Gabriela no sabía qué decir, estaba avergonzada.

- Hay niño... Quise decir, hijo, lo que pasa es que necesito cambiar un poco algunas veces.

- Emm, está bien mamá. Oye, ¿mi papá ya despertó?

- Todavía. "Por lo menos aún no despierta, si no, no sabría cómo arreglarmelas" (dijo entre sí).

- Está bien.

De pronto, un teléfono suena.

- Oye mamá, ¿no vas a contestar tu teléfono? 

- ¡Oh sí! (intentando responder)

- ¿Hola? 

- (voz de la otra línea) ¡Gabriela no hay tiempo! Recuerda que hoy es tu entrevista de trabajo.

- ¿Entrevista? ¿Trabajo?

- ¡Sí! ¿Sabes qué? Como tu amiga no dejaré que pases esta oportunidad, un taxi pasará a recogerte dentro de poco. Bye.

*Cuelga*

- "Maldición, esto no podía ser aún más estresante. Tengo hambre" (refumfuñaba). 

- ¿No piensas comer de tu ensalada preparada madre? (decía extrañado Mario).

- Oh, sí, justamente eso iba a hacer. (intentado destapar el toper)

- "Vaya, esta ensalada está deliciosa, y al parecer me ha llenado" (decia asombrada).

Al parecer el gusto de Gabriela seguía en su cuerpo. 

*Se escucha el claxon*

-Bueno, me tengo que ir, adiós niño.

-Espera mamá, ¿no te despedirás de mí con un beso en la mejilla?

- Oh, por supuesto. "Maldito mocoso, ya me las pagará". Muak (besando la mejilla).

-Adios mami.

-Si, como sea (decía).

Mientras tanto, en un barrio de clase media pobre, se encontraba una bella silueta despertando...

Continuará.


jueves, 29 de marzo de 2018

Los vigilantes V

Los vigilantes capítulo V

Alistándose

-"Por el momento debería de tratar de fingir ser esta señora, no quiero que me lleven con un loquero o algo así, mmm, esta sensación es algo diferente a cuando era hombre, de repente el agua quema, tendré que ajustar la temperatura (mientras gira la manija). Tendré que andarme con cuidado"



-¡Rayos!, jamás he visto cómo una mujer toma un baño, pensándolo bien, no sé cómo asear esta cosa, supongo que si la froto con un poco de jabón...

Roberto (Gabriela) soltó un leve gemido.

-Wow, esto se siente genial, lástima que no tengo mucho tiempo para disfrutar (terminando de enjuagar su cuerpo)

-Uff (lanza un suspiro), creo que ya está (saliendo del baño con una toalla colocada de forma en que sus pechos sobresalgan de ésta)

Robert se queda reflexivo por un momento, observandose en el espejo de la habitación.

-Umm, creo que así no va esta cosa (tapandose de forma correcta con la toalla), así está mejor, pero siento que me falta algo, ¡Ah ya! (agarrando otra toalla y enrollandosela en la cabeza), mucho mejor jeje, al parecer esto de ser mujer está sencillo por el momento.



-Listo, terminé de secarme, ahora, ¿qué ropa debería de usa? (mirando el guardarropa de la mujer)

-Maldición aquí hay solamente puros vestidos de monja largos y faldas, veré qué puedo hacer, ajá (sacando un viejo vestido que al parecer llevaba tiempo guardado, pero debido al buen conservamiento del cuerpo de Gabriela, todavía podía usarlo), primero la ropa interior, sacando unas bragas de diversos colores y modelos, pero entre esos modelos, le convenció una braga color negro.




-Excelente (decía), ahora el vestido y a salir.









Los vigilantes IV

Los vigilantes IV

Despertando

A la mañana siguiente, en la casa de los Sánchez, Mario se levantó cansado, creyendo que todo lo ocurrido había sido un sueño.

-¡Mamá!, ¿qué hay de desayunar?

Robert, quien apenas se estaba levantando, lo primero que vió fue a un hombre quien aún seguía dormido, a éste le pareció algo extraño, por no decir inquietante. Éste decidió ir al baño, al bajarse la pijama, notó algo diferente, algo le hacía esto. Al percartarse de eso, soltó un pequeño grito, afortunadamente, no despertó a su ahora acompañante de habitación.

Dicho grito, por desgracia, pudo escucharse hasta la sala, logrando llamar la atención de Mario, preguntado lo siguiente:

-¿Estás bien mamá?

Robert no supo reaccionar, por lo tanto dijo:

-¡Sí!

-Está bien mamá, si necesitas algo dímelo.

-¡Claro!

Robert, inmediatamente regresó al baño, para poder contemplar su nuevo aspecto con curiosidad.

-¡Demonios!...

En ése momento, Robert se tapa la boca, tratando de asimilar su estado actual.

-"Al parecer soy madre de familia, y digamos una muy buena" (decía en su mente, mientras acariciaba uno de sus senos).

-"Dejemos esto para otra ocasión (dándose una bofetada), esto no es un sueño, necesito pensar... ¡Ayer no hice nada! ¿Qué puedo hacer? , por el momento intentaré pasar desapercibido o quiero decir, ¿desapercibida? 

Desde la sala se escuchaba la voz de Mario diciendo:

-¡Mamá tengo hambre! ¿Qué harás hoy?

- "Maldito mocoso" (pensó). Me siento un poco mal, arréglatelas tu solo. 

-Pero no sé cocinar, ¿puedo pedir pizza? 

- Si claro, y ahora déjame en paz.

- Está bien (algo extrañado), la encargo a tu tarjeta.

Roberto, aliviado, intenta buscar alguna identificación por todo el cuarto, logrando encontrarla con éxito.

-"Veamos, aquí dice que me llamo Gabriela Fuentes Rodríguez, estoy casada con ése hombre de ahí (señalando a la persona que aún parecía dormida) y tengo 36 años. Bueno, al menos soy más joven y tengo dinero" (aceptando su realidad).

- Lo primero que debo de hacer es alistarme, no quiero toparme con aquel hombre cuando despierte.

-(Con cara de emoción) Y al parecer, debería bañarme jijiji.

Se vuelve a meter al baño.


Continuará...

















Los vigilantes III

Los vigilantes III

Malos cambios

Mientras tanto, en el centro de control de aquellos seres...

Aparece Kas,

Kas: Muy bien, tenemos la aprobación de un familiar, empecemos con el experimento. Comenzaremos con las dos columnas de la familia, el padre y la madre.

Ser: ¿A qué aspirantes trasladaremos sus consciencias señor? 

Kas: A su opuesto, la primera aspirante es una terrícola que se gana la vida vendiéndose, por fortuna es un contenedor joven.
El segundo aspirante es un terrícola de una clase repugnante en el sentido metafórico, es decir un ladrón experto.


Ser: Está bien señor (precionando el botón de comienzo)

Por desgracia, otro ser irrumpe la sala de control, logrando distraerlos, haciendo que se oprima la acción de enviar a las mujeres en el cuerpo de hombres y a los hombres en viceversa.

Ser: ¡Rayos señor! ¿Y ahora qué hacemos?

Kas: ¡Espera! Es mejor de lo que pensábamos. Podremos estudiar el cambio de personalidad en su totalidad.




Los Vigilantes II

Capítulo II

Comienzan las rarezas

De pronto, por un acto de torpeza, uno de los seres chocó con la ventana del cuarto de Mario, logrando despertarlo a éste de un susto. Mario, intentando convencer al pequeño ser de que no le haría daño mediante señas, éste decide hacerle caso de forma temerosa, seguido de esto, Mario abre su ventana, haciendo muestra de invitación a su hogar. Una vez adentro, Mario le dice lo siguiente:

Mario: ¡Wow! ¡Jamás había visto a semejante criatura! Mis amigos en el colegio no creerán lo que me ha pasado.

Extraño ser: ¡Es por eso que no debes de decirlo¡

Mario (sorprendido de que hablase): ¡Puedes hablar!

Extraño ser: Claro que sí, he viajado a diversas galaxias aprendiendo diversos dialectos.

Mario: ¡Genial!, y dime, ¿a qué se debe tu llegada?

Extraño ser: Primero que nada, mi nombre es Kas, he venido aquí a realizar diversos experimentos, y tú debes ser Mario, lo sé ya que tengo recolectados tus datos.

Mario (algo nervioso): ¡Vaya! E-espero y-y no sea un experimento malo.

Kas: Tranquilo niño, nuestra especie se dedica principalmente a estudiar el comportamiento de diversos seres, el experimento que haremos, se basa en la reacción de cambio de personalidad.

Mario (más tranquilo): Entonces, ¿estudiarán a mi familia?

Kas: Claro que no, si es que tu estás de acuerdo.

Mario: La verdad me parecía interesante e incluso divertido, casi no sucede nada raro aquí...

Kas: Pues si estás de acuerdo, está bien, ¡AQUÍ VAMOS! (se desvanece).

Mario, con sueño todavía, decide irse a dormir, pensando que todo fue un sueño.





miércoles, 28 de marzo de 2018

Los vigilantes

Capítulo I

Todo comenzó aquel sábado de abril por la noche, en un pequeño condado. Todos dormían con tranquilidad. La familia Sánchez, conformada por Raúl (un padre de 38 años, tez blanca, religioso promedio, trabajo estable), Gabriela (una madre estricta de 36 años, ama de casa, tez clara, igual de religiosa), Fernanda (la hermana mayor, de 20 años, mimada, por decir cabeza hueca, rubia, y con el futuro asegurado) y por último, el joven Mario (el menor de la familia, de 12 años, la edad que le permite ser consciente, tes blanca, niño promedio en la escuela).
De pronto, unos seres que volaban a una gran velocidad pasaban por aquella calle, observando las características de la familia con minucioso cuidado. Al parecer les sería de gran utilidad para su experimento.

Comenzando

Hola!!
Mediante esta entrada, comenzaré este pequeño proyecto, haré historias de cualquier tema. Espero y les sea de su agrado.